domingo, 5 de mayo de 2024

FIESTA DE LOS MAYOS


La iglesia de San Lorenzo, el barrio de LAVAPIES, se adorna para dar la bienvenida a la PRIMAVERA y como de costumbre, serán LAS MAYAS MADRILEÑAS con su juventud y hermosura las representantes.
Durante la mañana con bailes tradicionales madrileños que recorren el barrio con la ronda, se visitan a LAS MAYAS en los altares, cantándolas  y bailándolas en un ambiente goyesco.
Los que conocemos y frecuentamos esta Fiesta popular repetiremos una vez más para disfrutar con el son la música, el baile, el vino en porrón, las rosquillas fritas y sus dulces que LA MAYA ofrece al igual que los claveles que reparte junto a sus acompañantes y familiares a los paseantes entre los altares esta mañana de primavera.

MAYO A LA VIRGEN VALDARACETE PARA ADRIANA(Los Castizos).
Galanes de la Villa, que hasta aquí llegan
digan si han visto Maya, Maya como ésta.
Ojos de cielo tiene,su boca es de perlas
palidita su cara, como la azucena.
Cuello tiene de cisne, cinturita estrecha
como mimbre que al aire, se balancea.
Galanes de la Villa, vengan a verla
dichoso aquel amante, que su amor tenga.
De todas las Mayas, que tiene Madrid
te llevas la palma, cara de marfil.

LAS MAYAS - HISTORIA


Esta fiesta que se celebra en los primeros días de mayo, parece que tuvo su origen en el bajo imperio romano. En la mitología, Maya o Maia es la mayor de las sietes pléyades, hija de Atlas, amada de Júpiter y madre de Hermes. Esta fiesta en representación a esta diosa de mayo, fue perseguida por la iglesia católica en los primeros siglos.En el siglo VIII en un manual de penitencia escrito por el clérigo Vigila se castigaba con un año de penitencia a aquellos que en los bailes se disfrazaran de mayas.

Fue el siglo XVI, cuando la fiesta adquirió su forma definitiva, con la que se celebraba la llegada del buen tiempo.Las muchachas de cada barrio se reunían para elegir a la más hermosa de entre ellas (era requisito indispensable ser doncella, en teoría).La elegida era ricamente vestida, adornada con joyas y, finalmente, coronada con flores.
 Se exigía a las seleccionada condiciones, además de la hermosura, que son la juventud y la honestidad, entendiéndose por honestidad eso del "buen nombre". Después era colocada en un pequeño altar, hecho con cortinajes, alfombras, colchas y numerosas flores.Por ese altar a lo largo del día pasaban casi todos los vecinos y un sin fin de curiosos.

Según se fijaba la costumbre, las amigas de la maya tenían que pedir un donativo a todos aquellos que querían ver a la elegida. Ésta, entre tanto, debía permanecer inmóvil y sin responder a las bromas y piropos de la espectadores.
Alguna de las canciones compuesta para la ocasión decían así:
  • Para la maya, para la maya, para la maya, que es linda y galana.
  • Dad para la maya que es bonita y galana. Echad mano a la bolsa Cara de Rosa. Echad mano al esquero, El Caballero.
Otras frases que se oían aquel día era:
  • Te doy un real, si me dices donde está la más bonita.
  • Venga conmigo señorito y no le pesará, que va a contemplar los luceros más lindos de Madrid.
El dinero que se obtenía de esta colecta, servía para celebrar una animada fiesta al final de la jornada, al que iban la Maya y sus amigas(los cronistas de las diferentes épocas, han pasado por alto el decirnos si a la fiesta en cuestión iban también invitados masculinos), no sin antes entregar a la parroquia del barrio una parte de lo recaudado normalmente para la Virgen.
Según describe Basilio Sebastian, el traje de esta hermosa de Madrid, se componía de un vestido que le cubría hasta los píes (guarda píes) de  brocado de oro y plata, justillo de seda o terciopelo igualando el guardapiés, la cabeza coronada de frescas y delicadas flores, el cabello trenzado con templetes de pedrería con su rica diadema cogida con la guirnalda; un rico abanico en la mano y perfectamente calzada con zapato de tacón.
Esta fiesta se celebraba en todos los barrios de Madrid y también en el Palacio, de donde hay constancia que una de sus costureras cobró ciento dos reales por la confección de unas ropas para las mayas reales.
Así mismo en los barrios bajos, las mayas eran comparadas con la Mojigona, que era una vieja alquilada al efecto, vestida de maya y coronada con ristras de ajos y otras cosas extravagantes. Esto tenia sobre todo lugar en el barrio de la Morería o en la plaza de la Cebada entre las ocho y las nueve de la mañana.

En 1769, la Sala de Alcaldes con el dictado de varios bandos, quiso prohibir la fiesta por considerar que esta solo tenia como fin sacar dinero entre las jóvenes, pero lo único que consiguieron fue que la fiesta terminó transfigurándose en la celebración del hallazgo de la Santa Cruz por Santa Elena, ya que en artículos de la época se hace referencia todavía a la persecución que tenían los viandantes por parte de las acompañantes de las mayas, y en un aleluya que dice:

  • Esto de la Cruz de mayo, es una contribución, que pagan sin remisión, desde el más listo al más payo.
A mediados del siglo XX esta tradición se perdió definitivamente en Madrid, sólo perdurando en algunas poblaciones limítrofes. En 1988, se recuperó esta fiesta, siendo en el barrio de Lavapíes donde se impulsó con varias Agrupaciones entre las cuales la Agrupación de Madrileños y Amigos Los Castizos para el disfrute de todo el pueblo de Madrid y sus vecinos.

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