" San
Isidro hermoso, patrón de Madrid, que el agua del risco hiciste salir".
Vista General de la Pradera-Francisco de Goya |
Ermita del Santo - Francisco de Goya |
El 30 de noviembre de 1172 muere en su casa y su mujer Santa María de la Cabeza, regresó a Caraquiz donde pasó sus últimos días.
Algunos de los manantiales fueron marcados posteriormente como lugares mágicos, incluso algunos de ellos fue entendido como lugar de milagro.
Estas fiestas patronales en honor a San Isidro Labrador se caracterizan por las romerías, verbenas, atracciones y diversos espectáculos tradicionales. En la romería se dan cita algunos de los elementos más definitorios de lo que se ha denominado el «casticismo madrileño». La celebración de esta festividad tiene lugar en la Pradera de San Isidro y en las calles aledañas mezclándose con la costumbre de merendar en las praderas, si el tiempo lo permite.
Es costumbre ya desde el siglo XVI la de merendar en el césped de la pradera y aprovechar el agua de los manantiales cercanos y ver los multiples puestos que vendían rosquillas (Rosquillas del Santo), entre las más famosas, las tontas (sin recubrimiento), las listas (con baño de azúcar), las francesas y las populares de la «Tía Javiera» y las de «fuenlabrada». Son tradicionales los "torraos" y las garrapiñadas, las manzanas caramelizadas, los encurtidos, los escabeches y era costumbre adquirir botijos (coloraos de Alcorcón, o los amarillos de Ocaña), pitos de cristal con flores de cristal (los denominados pitos del Santo) y las bebidas habituales eran los «chicos» de Valdepeñas (vasos de vino), la «clara con limón» y las limonada. Es la primera de las verbenas de Madrid, y tiene su origen en la romería que se celebra ese día, yendo los madrileños en procesión hasta la ermita dedicada a San Isidro Labrador, santo madrileño y Patrón de la ciudad, situada en la orilla derecha del río Manzanares, cercana al Puente de Toledo, conocida como " Pradera de San Isidro " en el Paseo Quince de Mayo.
Es costumbre ya desde el siglo XVI la de merendar en el césped de la pradera y aprovechar el agua de los manantiales cercanos y ver los multiples puestos que vendían rosquillas (Rosquillas del Santo), entre las más famosas, las tontas (sin recubrimiento), las listas (con baño de azúcar), las francesas y las populares de la «Tía Javiera» y las de «fuenlabrada». Son tradicionales los "torraos" y las garrapiñadas, las manzanas caramelizadas, los encurtidos, los escabeches y era costumbre adquirir botijos (coloraos de Alcorcón, o los amarillos de Ocaña), pitos de cristal con flores de cristal (los denominados pitos del Santo) y las bebidas habituales eran los «chicos» de Valdepeñas (vasos de vino), la «clara con limón» y las limonada. Es la primera de las verbenas de Madrid, y tiene su origen en la romería que se celebra ese día, yendo los madrileños en procesión hasta la ermita dedicada a San Isidro Labrador, santo madrileño y Patrón de la ciudad, situada en la orilla derecha del río Manzanares, cercana al Puente de Toledo, conocida como " Pradera de San Isidro " en el Paseo Quince de Mayo.
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